La Actividad Física y El Corazón

IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA PARA NUESTRO CORAZÓN

La mayoría de nosotros sabemos lo importante que es hacer ejercicio para nuestra salud cardiovascular. Si bien durante los últimos años ha aumentado el número de personas que realiza actividad física de modo regular, el ejercicio frecuente aún es un tema pendiente entre muchos.

Al respecto, el cardiólogo de Clínica Dávila Ángel Puentes señala que, en primer lugar, es importante considerar el contexto del paciente. “Algunas personas no pueden hacer deporte, pero pueden caminar. En estos casos el ideal es una hora al día. No obstante, se puede comenzar con un mínimo de media hora tres veces por semana e ir incrementando paulatinamente el tiempo y la intensidad del ejercicio”. Además, es necesario recordar que un paciente sedentario debe comenzar a realizar actividad física de forma gradual y evitar los deportes competitivos, al menos al principio.


Para gozar de buena salud no solamente es importante hacer ejercicio, sino que esta actividad debe ser acompañada de otros hábitos como evitar el consumo de tabaco y alcohol además de tener una dieta balanceada, entre otros. Resulta evidente que el ejercicio es muy bueno para prevenir patologías cardiacas, así como hipertensión, diabetes u obesidad. Pero ciertamente no obtendremos el mismo resultado si salimos a trotar una vez al año, comparado con una caminata moderada a diario. Justamente esta permanencia, intensidad y regularidad en el tiempo, son los factores que determinan una respuesta adaptativa favorable de nuestro organismo, y protegen nuestro corazón de un infarto u otro problema cardiaco.

Cómo realizar actividad física para el corazón

El ejercicio ayuda al corazón porque fomenta el flujo sanguíneo. Ejercitarnos de forma regular a intensidades moderadas o enérgicas disminuye el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón y ataques cardíacos.

En caso de no padecer ningún problema cardiovascular, el entrenamiento a intervalos (combinar periodos cortos de actividad de mucha intensidad con actividad menos intensa) es muy efectivo. Obliga a nuestro corazón a llegar a un ritmo máximo (límite al que llega el sistema cardiovascular durante la actividad física) durante periodos de tiempo cortos. Después, en la actividad menos intensa el ritmo cardiaco se recupera.

Este trabajo hace que el corazón funcione de forma más eficiente. Aun así, antes de llevar a cabo un entrenamiento de este tipo, el Colegio de Medicina Deportiva estadounidense (ACSM) aconseja tener un nivel físico mínimo.


Tipos de actividad física para el corazón

No todos los deportes benefician al corazón de la misma manera. Los cardiólogos consideran que hay unos que lo cuidan más que otros:

Ejercicios aeróbicos: son los que tienen un componente destacado de resistencia y son los más indicados porque entrenan el aparato cardiovascular. Ir en bicicleta, caminar a paso rápido, correr, nadar, bailar, esquiar, jugar a tenis o a fútbol son algunos de los más indicados. La actividad aeróbica, o de resistencia, hace latir el corazón más rápido que de costumbre. Durante este tipo de ejercicio, la respiración también se hace más rápida. El grado de intensidad (suave, moderada o intensa) dependerá del esfuerzo necesario para realizar la actividad. Si no estás en forma, debes empezar por una actividad de intensidad suave.

Ejercicios anaeróbicos: benefician el cuerpo de otra manera. Las actividades de fortalecimiento muscular mejoran la fuerza, la potencia y la resistencia de los músculos. Hacer flexiones en el suelo, abdominales, levantar pesas o subir escaleras son actividades de fortalecimiento muscular.

Estiramientos: mejoran la flexibilidad y la capacidad de mover las articulaciones.

Una de las claves para aprovechar los beneficios cardiovasculares es la constancia y que la práctica deportiva se convierta en una rutina.

Las limitaciones al ejercicio físico en caso de problemas cardiovasculares son grandes. En la mayoría de los casos, la actividad aeróbica intensa no es recomendable para personas con enfermedad coronaria, pero será el rehabilitador cardíaco el que nos oriente sobre qué tipo de actividad es la más conveniente.


Riesgos del ejercicio físico en el corazón

El ejercicio físico moderado previene la formación de trombos en el torrente circulatorio. Sin embargo, cuando la intensidad se incrementa, la tendencia es la contraria: se favorece la formación de trombos, se reducen los estímulos nerviosos relajantes y aumentan los estímulos nerviosos y hormonales estimulantes, que favorecen el desarrollo de arritmias en personas con cardiopatías crónicas o agudas.

Otro riesgo es el infarto de miocardio, más probable en personas con factores de riesgo cardiovascular como tabaquismo, hipertensión arterial o diabetes. Para minimizar estas complicaciones, debemos empezar a realizar ejercicio poco a poco e ir aumentando la intensidad paulatinamente.

Recuerda la importancia de escuchar tu cuerpo y las señales que te pueden poner en alerta y de seguir una alimentación saludable.


















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